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Tuesday, July 5, 2011

Napa Shmapa: Go to Sonoma!


(una version en español está abajo)
On a tip from a co-worker, while I was visiting my brother and his fiancée in San Francisco, I was to instruct them to take my friend and I wine tasting in Sonoma County. Less crowded and less pretentious than Napa, the same co-worker suggested we head to Healdsburg and tour the Alexander Valley and Strykker wineries. My brother had other plans. After living in San Francisco for nearly three years and taking many house guests wine tasting, he had committed a personal wine tasting tour map to memory. We were driven to the city of Sonoma and sampled sips at Jacuzzi, Schug, Ledson and Chateau St. Jean. The one thing I was not prepared for was the mass quantities of wine I would be imbibing.


I had had visions of sipping and spitting. However, when we began to swirl and sip, not one spit receptacle was in sight. I found out later, after getting through the gruelling task of sipping so much I had to prop myself up on the bar by the elbows at the end, that if you wish to spit, you must request a receptacle from the bar host or hostess. Wine tasting is such hard work, sigh.

 *Most wineries waive tasting fees if part of the party buys a bottle or more of wine.
**Tasting hours are typically from 10am-5pm; check each winery's website for hours.

Jacuzzi:
Here the tastings are FREE of charge. While portions are small, five tries for free ain't too shabby. The bar hosts and hostesses are quite friendly and ready to share the history of the winery with you. They'll even take a snapshot of you and your friends shall you ask. The adjoining shop sells everything vineyard-related, including olive oil soaps and ice-cream. The jalapeño olive oil and lime oil are other-worldly.

Schug:
Started by Walter Schug in 1980, two of the newest Schugettes served us when we visited. They gave generous portions and since we were a group of five, we split the tasting duties. Two people chose the regular menu ($5) and two others the reserves ($10). This way we all got a chance to sip both reserves and regulars. Their celebrated pinot noir is sublime.

Ledson:
Set on a picturesque castle estate, this winery was the glitziest of them all. The bar hostess was knowledgeable, but not as charming as our servers at Jacuzzi and Schug. Here they are vigilant about portion control. Although, they do offer tasters all the breadsticks they can stomach and if you try the port, you'll get a bonus handful of chocolate morsels to go with the dessert wine. $15 gets you 6 samples of specific vinos. Enjoy a picnic lunch of their sandwiches made to order on the outdoor tables.

Chateau St. Jean:
Here we had to sip and run as we arrived five minutes before closing time. Again, the staff wasn't as warm as those at Jacuzzi and Schug, but the wine was divine. For $10 you sample 5. They have gorgeous gardens, where water features abound and it's the perfect setting for a wine-lover's wedding.


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(version en español)
Antes de irme a visitar mi hermano y mi cuñada quienes viven en San Francisco, un compañero de trabajo me aconsejó de pedir a mi hermano que me lleva a
Sonoma para participar en una cata de vinos. El condado de Sonoma es mas desenfadado que Napa, el lugar famoso de viñas y catas de vinos en California. El mismo compañero de trabajo me recomendó las viñas Alexander Valley y Strykker pero mi hermano tenía otro plan. 


Despues de llevar tres años en San Francisco, el ya ha llevado un monton de gente a las catas de vino por la zona. En vez de irnos a Healdsburg, el pueblo de Alexander Valley y Strykker, el nos llevó a la ciudad de Sonoma y fuimos a Jacuzzi, Schug, Ledson and Chateau St. Jean. Lo unico que me sorpendió de las catas por ahí fue la gran cantidad de vino que tienes que beber. Yo pensaba que ibamos a tragar un poco de vino y esculpirlo, como se hace en las pelis y en la tele. Pero no, bebimos, bebimos y al final yo tenía que apoyarme con mis codos en la barra. Sí, es un gran reto cumplir una cata de vinos.
 *La mayoria de las viñas no te cobran el precio de la cata si compras una botella de vino.
**Normalmente se hace las catas entre las 10 de la mañana y las 5 de la tarde; consulta la página web de una viña para saber el horario.

Jacuzzi:
La cata de vinos aqui no lleva un precio, es GRATIS. Los camareros son muy amables. Te cuentan la historia de la viña y si lo pides, pueden sacar una foto de ti y tu grupo. Los porciones no son grandes, pero recuerda, son GRATIS. Hay una pequeña tienda a lado que vende vino y tambien aceite de oliva. El aceite de oliva con toques de pimientos de padrón y otro con toques de lima son fenomenales. 

Schug:
Un alemán que se llama Walter Schug fundó esta viña en el año 1980. La gente que trabaja aquí suele ser muy amable. Hay dos tipos de catas: el normal (vinos tipo tempranillo) a un precio de $5 y la reserva (vinos mas exclusivos, tipo gran reserva) a un precio de $10. Para asegurar que todos podíamos probar vinos normales y las reservas, pedimos dos catas normales, y dos de reserva y compartimos. Nuestras camareras, aunque llevaban poco tiempo trabajando ahí nos dieron porciones generosos. Lo más destacado fue el pinot noir.

Ledson:
Esta viña a lado de un castillo ha sido la más preciosa de todas. Aunque nuestra camarera sabía mucho de la viña y los vinos, no tenía tanta simpatía que los de Jacuzzi o de Schug. Los porciones son muy pequeños aquí. Afortunadamente tienen palillos de pan en la barra y puedes comer todos lo que quieras, tambien cuando pruebas el vino de Oporto te dan unos trozitos de chocolate para acompañarlo. Para $15 dolares, puedes probar 6 vinos de una lista especial. Hay una tienda al fondo donde venden vinos, aceites y bocadillos hechos al momento. El jardín afuera es un sitio pintoresco para un picnic.

Chateau St. Jean:
No tuvimos mucho tiempo aquí porque llegabamos cinco minutos antes de la hora de cierre. Los camareros parecían a los de Ledson, sabían mucho, pero no eran muy amables, pero quizás eso fue porque ellos querían plegar del trabajo ya. Puedes probar 5 vinos para un precio de $10. Los jardínes aquí son espectaculares. El sitio sería ideal para hacer una fiesta o una boda para gente quienes les encanta el vino.




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